Tu condición de ser humano es la que siempre te lleva a
buscar en quién o en qué creer. Es precisamente la fragilidad del alma lo que te
conduce a un camino cercado de convicción y pánico, donde el propósito para recorrerlo es la certeza de
encontrar al final respuestas que
emanan de un ser superior.
Por esta realidad innata sumada a la libertad de creencias,
se han originado cantidades de versiones que anuncian el final del mundo para este 21 de diciembre, supuestamente pronosticado
por Los Mayas. Estas interpretaciones
correctas o no, son masificadas en los medios de comunicación y como no todas
guardan cautela, algunas pueden causarte alteraciones psicológicas y
emocionales al momento de consumir y digerir dicha información.