miércoles, 1 de abril de 2009

Un maní en mi vida



Cuando el sol estaba en su máximo punto, una de mis primas me invitó a dar un paseo a otro pueblo; por la condición climática del momento, estaba segura que al pedir permiso a mi tía, en donde estaba de vacaciones, no lo iba a obtener; por esto decidí irme sin su autorización.

El mencionado paseo era a un pueblo bastante retirado y para no ir caminando mi prima y yo decidimos pedir prestadas dos bicicletas, de las cuales una estaba sin frenos y la otra sin cambios.